Nuestra isla presenta una rica y diversa gastronomía mallorquina que varía a lo largo de los meses del año.

Entre las recetas más populares de la gastronomía tradicional mallorquina, podemos citar el arroz brut, las sopas mallorquinas, los fideos de vermar, el llom amb col, el tumbet, y el frito mallorquín. Estos son algunos de los platos que sin lugar a dudas se pueden encontrar en la carta de cualquier de los restaurantes de la isla (ojo que algunos son de temporada), pero aún hay muchísimos otros platos típicos y sabrosos que degustar, el pescado fresco y los mariscos de la tierra son simplemente exquisitos, y las carnes muy sabrosas.

A finales del otoño se llevan a cabo las matanzas, un acontecimiento popular y festivo que todavía se conserva y practica dentro del seno de muchas familias mallorquinas. Los diversos productos que se elaboran de la carne del cerdo, son la base principal de muchos platos tradicionales que conforman la oferta gastronómica artanesa, muy vinculada al calendario festivo tradicional.

El mismo día de las matanzas, ya se elaboran una serie de platos tradicionales como el frit de matanzas, las sopas o los escaldums, y los dulces como las orellanes.

En navidad hay toda una serie de tradiciones culinarias. A la salida de maitines, es típico realizar una chocolatada con ensaimadas, y el día de navidad, con la familia, se come la sopa de navidad y de segundo plato lechona con guarnición o pollo relleno. Los dulces que acompañan esta festividad son el turrón de almendras, las neules y la coca de navidad.

Para San Antonio, las hogueras y las torradas son los elementos principales; es cuando la gente torra en las brasas entre música y fiesta, todos aquellos productos elaborados en las matanzas mediante la carne del cerdo. Los productos estrella son la longaniza, el butifarrón, el lomo y la panceta. El dulce por excelencia es la coca de San Antonio.

Durante la festividad de pascua, la gastronomía se fundamenta en torno a cuatro platos; las panades y el frit de pascua, a base de carne, y los rubiols y crespells que son dulces. En este caso, la carne básica para la elaboración de estos platos es el cordero. El frit de pascua es el almuerzo tradicional de después del oficio.

En verano, la comida se vuelve más ligera, fresca y menos copiosa. Los platos por excelencia son el pa amb oli (pan con aceite), el trempó, verdura, pimientos y pescado, o los platos dulces como la coca de albaricoques, el granizado de almendra, entre otros.

Entre los pescados, los más utilizados son el cap roig, el gallo de San Pedro, o la gamba de Sóller, pero son solo sugerencias, cualquier pescado fresco de la zona, simplemente cocinado a la plancha, es delicioso.

Esta riqueza gastronómica se debe a la situación privilegiada de nuestra isla, entre dos continentes, y las diversas poblaciones y culturas que se han instalado en ella a lo largo de los siglos.

 

Fuente: http://www.artamallorca.travel